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jueves, 5 de marzo de 2009

Entrevista para Tierra de vinos

por Sebastián Goiburo

Hernán Schillagi: La ciudad, la reflexión y el azar



. "Antes que poeta hay que ser hombre" dijo Yupanqui. ¿Cómo se manifestó la poesía en Hernán Schillagi?¿Qué cosas de tu vida te inclinaron hacia ella?

La poesía básicamente es recuerdo. Y la memoria se manifiesta sin aviso, caprichosamente en fragmentos. Así que lo que me llevó hacia ella como un vendaval sin retorno fue tomar conciencia de que el único modo de recuperar el pasado era escribiéndolo. De paso me doy el gusto de modificarlo a mi antojo.

. La escritura es un oficio inusual y a veces, poco llevadero en la vida cotidiana que llevamos ¿para qué y quién escribís?

De todos los medios de comunicación que existen, la literatura –pienso- es el que más necesito para conectarme con la realidad. Contrariamente a lo que se cree, leer un poema no es una abstracción y mucho menos una evasión de la vida cotidiana; sino que es una herramienta aguda para poder observar las profundidades de aquello que nos quieren ocultar o volver confuso. Aspiro a escribir para los que no aceptan el mundo tal como se les presenta, para los que no se conforman con un modo único de ver las cosas.

. ¿Qué aspecto de tu último libro, crees que debés rescatar más allá de la libre interpretación que el lector le dé?

Pájaros de tierra (2008, editado por Libros de Piedra Infinita) propone, entre otros temas, la conciencia del límite que tenemos los seres humanos y cómo el azar le sale a hacer frente a todos nuestros planes. Pienso que si ya tuviéramos un destino prefijado, como creían los trágicos griegos, nada nos motivaría. Es por eso que las personas somos capaces de conocer nuestras fronteras, para luego poder traspasarlas.

. ¿Cuál pensás que es el móvil de tu poesía?


Para muchos poetas la mera belleza de las imágenes, la plasticidad de un paisaje o los sentimientos personales son fuentes de inspiración. En mi caso nada de eso me lleva a la poesía, aunque todo forma parte de lo que escribo. Si lo que se entiende por belleza de las palabras no está atravesado por el pensamiento, lo que se obtiene es una cáscara vacía. El poeta se juega la vida en un salto ornamental, pero si no es “en función de”, merece romperse la cabeza en la prueba.

. ¿Cómo afecta en tu rumbo literario el Primer Premio del Certamen Vendimia de poesía?

¿Quién dijo que tengo un “rumbo literario”? Más allá del chiste, creo que el poeta no tiene una “carrera literaria”, ya que su gran competencia es con el lenguaje y no contra otros poetas. Y ése es un rumbo que te lleva toda la vida, y desde su partida, se sabe dulcemente perdido. Por lo tanto, ganar un premio es sólo para la persona. Estoy seguro que un poema no es mejor que otro por haber ganado un certamen, ya que al otro día el desafío es de nuevo el mismo: poner -entre verso y verso- el mundo en duda, como proponía Joaquín Giannuzzi.


. Partiendo de la base de que el escritor reconocido llega a más personas y que está expuesto al crecimiento a través de los vínculos que se abren en su entorno ¿Qué lugar tiene en tu oficio el reconocimiento?

Quiero antes que quede algo bien claro, y es que el poeta es una persona común y corriente que trabaja, estudia, se preocupa por llegar a fin de mes y, además, escribe. Pero para el que se dedica a la literatura como algo sustancial para su vida, este ejercicio no es un hobbie. Por lo tanto, el reconocimiento de los lectores y de los pares te hacen sentir menos solo y más comprendido. Sin embargo, uno escribe para otra cosa que todavía no alcanza a comprender.


. Neruda, el mar y el puerto; Tejada Gómez, el vino, la mesa compartida y la lucha social; Ramponi, el tiempo; Juan Gelman, una flor, tango y violín; Hernán Schillagi...

La ciudad, la reflexión y el azar.